sábado, 24 de octubre de 2009

Ciro Alegria en las Redes Sociales









Encontramos a Ciro Alegria Bazan dentro de las Redes Sociales, claro ejemplo que los personajes Literarios estan presentes dentro de las nuevas tendencias Tecnologias de Informacion.

Exposicion Fotografica . Ciro Alegria. En Trujillo

La Serpiente de Oro..





Ciro Alegría según Mario Vargas Llosa


Sobre el autor

La novela ha sido en el Perú un género tardío y esporádico. Asomó ya adelantado el siglo XIX, gracias a un puñado de escritores de ocasión (había entre ellos algunas respetables matronas) cuyos méritos son sobre todo históricos, apenas literarios. En ese siglo de prodigiosas "summas" novelescas -el siglo de "La comedia humana" y de Dickens- que vio surgir en casi todo el mundo una novela nacional (Chile tuvo su Balzac en Blest Gana y Brasil en Machado de Assis), el narrador peruano más original fue un cuentista risueño y anacrónico cuya obra es un rico, multicolor, aunque ligero mosaico de estampas, anécdotas, crónicas y chismes. No tuvimos un gran novelista romántico que resucitara en una ambiciosa ficción los años arduos de la conquista o la vida letárgica de la colonia o los trajines militares de la emancipación, ni un gran realista que describiera con imaginación los años tragicómicos del caudillismo y de la modorra republicana, ni un gran naturalista que laboriosamente diseccionara el cuerpo enfermo de la sociedad peruana y exhibiera sus tumores en una novela perdurable. El libro que vino en cierta forma, a llenar ese vacío, a proponer una imagen novelesca representativa del Perú a la manera clásica (es decir con audacia, soltura e inocencia) fue "El mundo es ancho y ajeno". Pese a su edad, relativamente corta, esta novela es por eso, de algún modo, el punto de partida de la literatura narrativa moderna peruana y su autor nuestro primer novelista clásico.

Sería injusto, desde luego, disminuir la importancia de los otros libros de Ciro Alegría. Incluso, desde puntos de vista muy concretos, algunos críticos han preferido a "El mundo es ancho y ajeno", la construcción más ceñida, la prosa más artísticamente trabajada de "La serpiente de oro" o la intensidad emocional más concentrada de "Los perros hambrientos". Pero, aun cuando en ciertos aspectos estos dos últimos libros ofrezcan aciertos más flagrantes, dentro de una concepción general, la obra mayor de Alegría -la de más aliento, la más compleja y osada como tentativa creadora- fue, sin lugar a dudas, "El mundo es ancho y ajeno". Este libro es clásico no sólo porque constituye el más ilustre antecedente de la novela peruana contemporánea, sino también porque en su factura y en sus propósitos puede asimilarse sin dificultad a la mejor tradición de la novela romántica y naturalista, cuyas características esenciales comparte. Se trata de una historia épica, contada con un lenguaje impresionista y ambientada de manera estrictamente realista: una síntesis americana de Víctor Hugo y de Zola. Las vicisitudes de la comunidad indígena de Rumi, la heroica, vana lucha de Rosendo Maqui por defender las tierras de su pueblo contra el apetito feudal del hacendado Alvaro Amenábar a quien amparan leyes injustas y la fuerza bruta de las armas, constituyen nuestra representación literaria más difundida, el gran fresco narrativo nacional, el equivalente peruano de "Los miserables" o de los "Episodios Nacionales" de Galdós.

Novela surgida dentro de una corriente literaria en nuestros días ya difunta -el indigenismo-, "El mundo es ancho y ajeno" ha conservado, sin embargo, su plena vigencia testimonial (porque en términos sociales los problemas que describe aún existen) y, lo que es más importante, su poderosa vitalidad literaria. A diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, con libros como "Raza de bronce" o "La vorágine" o "Huasipungo", que han envejecido terriblemente y aparecen, ante los ojos del lector contemporáneo, como piezas de museo, interesantes históricamente porque en ellos se fija un momento fundamental de la literatura americana -el momento en que los narradores toman conciencia de sus propias sociedades e intentan fogosamente proyectar en populosos murales los males que aquejan a las desamparadas mayorías, describir los tipos humanos y el egregio cuadro geográfico de la puna y la selva americana-, pero literariamente pobres, por la tosquedad rudimentaria de su forma y la estrechez provinciana de su visión, "El mundo es ancho y ajeno" ha resistido admirablemente el paso del tiempo y sobrevive indemne al naufragio indigenista. Ello se debe, sobre todo, a que en esta novela Ciro Alegría supo crear un puñado de personajes que son algo más que la mecánica emanación de una naturaleza o de un ambiente, un grupo de seres que, a diferencia de lo que ocurre con tanta frecuencia en la literatura costumbrista, perduran en la memoria del lector por su psicología particular, su físico y sus conductas y no como meras entelequias folklóricas. El fiero Vásquez, el insurrecto Benito Castro, el venerable Rosendo Maqui, el pérfido Amenábar y tantos otros personajes de la trágica odisea de Rumi son "héroes" diferenciados a la manera romántica: cada cual encarna una virtud, un vicio, una manera de ser única, y a lo largo de la epopeya piensa y actúa en perfecta consecuencia con el rol que representa, sin traicionarlo jamás. Ni el paisaje ni los usos y costumbres -que Alegría describe con morosa grandilocuencia- devoran estas naturalezas humanas llamativas y sólidas que luchan, sufren, aman y mueren en consonancia con el imponente decorado que las rodea: soberbiamente. Es verdad que todo es excesivo en el drama de la comunidad de Rumi: el medio, las situaciones, las conductas. No basta decir que la realidad peruana es excesiva -lo que, naturalmente, es cierto- y que sus males son desmesurados para justificar el tremendismo como corriente literaria. Alegría, sin embargo, sorteó los peligros del verismo gracias a un sentido notable de la coherencia interna, que es la condición primordial para que una novela sea -además de un documento social- una obra de arte. En "El mundo es ancho y ajeno" todo -desde su hermoso título que proclama las intenciones críticas que animan al autor, hasta el estampido de los máuseres con que concluye la historia- se corresponde: la enormidad de las injusticias que denuncia, la plasticidad metafórica del lenguaje, el suntuoso panorama geográfico, la rica variedad de tipos humanos, el ritmo solemne en el que se desarrolla la acción de la novela. Esa perfecta adecuación de sus elementos da a "El mundo es ancho y ajeno" su eficacia y su justificación literaria, su verosimilitud como creación.

Ciro Alegría parecía haber aceptado su situación de (literaria, no cronológicamente) fundador de la novela peruana; su largo silencio, apenas alterado por la publicación de "Duelo de caballeros", revela sobre todo una adhesión sentimental a un modo de concebir la novela que ya resulta extemporáneo, una negativa discreta pero firme a renovar esa concepción. Su obra, como resultado de una época literaria liquidada, constituye una fuente muy valiosa, un punto de referencia obligado, una tradición altamente estimable. Empeñarse en nuestros días en perpetuar la visión romántico-naturalista de la realidad que entraña una novela como "El mundo es ancho y ajeno" hubiera resultado un anacronismo: el color local, el pintoresquismo, la distribución maniquea del bien y del mal en personajes antinómicos, el desdén de la técnica narrativa, la falta de un punto de vista (o de varios) que sirva de eje argumental y dé a la novela soberanía parecen ya injustificables en la novela moderna. Ese silencio, que muchos lamentaban en Ciro Alegría, fue tal vez una cabal renuncia a insistir con una forma de literatura que comprendía ya superada pero de la que, al mismo tiempo, seguía sintiéndose irremediablemente solidario. Gracias a Alegría el movimiento literario indigenista tuvo una especie de apogeo, gracias a él alcanzó una difusión internacional muy amplia y decisiva. Sería inútil negar que en nuestros días ya no se pueden compartir las convicciones literarias que él tuvo, que los métodos y procedimientos que él empleó para apresar la realidad y proyectarla en ficciones resultan ahora limitados.

Ocultar esto porque Alegría acaba de morir sería injuriarlo, ya que todo escritor aspira a que sus obras sean juzgadas con prescindencia de consideraciones personales. Además, disentir de una concepción literaria, de ningún modo significa restar méritos a las obras que originó y mucho menos en este caso ya que, precisamente, tanto "El mundo es ancho y ajeno" como "La serpiente de oro" valen más que las tesis estéticas que las inspiran y demuestran, una vez más, que la intuición y la ambición creadora de un escritor son suficientes para producir libros originales y valiosos y para romper las barreras que pudieran oponerle los prejuicios de una escuela o las convenciones de una época.

Londres, Marzo, 1967.
Revista Caretas 22 - III al 15 - IV 1967, Lima - Perú.

Entrevista a la Esposa de Ciro Alegria


[ANDINA].- Acaba de salir al mercado la novela Tico y Bebita en la isla de Cuba (Norma) de Dora Varona. Esta es la primera vez que esta escritora cubana afincada en el Perú incursiona en el género. La autora nos comenta sobre esta experiencia y sobre su relación con su esposo Ciro Alegría.
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¿Cómo decide incursionar en la novela?
–En prosa tengo cinco libros que tratan sobre Ciro Alegría. Sin embargo, este libro nace por mi amor hacia mis cuatro hijos. Yo tenía por costumbre hacerlos dormir contándoles historias. Pero siempre tenía la tendencia de no leerle los corrientes, sino historias de mi familia y de mi infancia. Mis hijos aún me dicen “Mamita, te has olvidado de tal o cual cosa”. Tendría que hacerme una serie de diez libros por lo menos.

Supongo que es una forma de inculcarles sobre una patria –Cuba– en la que no han vivido.
–Sí. Ellos nacieron acá. Cecilia nació en Cuba, pero vino pequeña. Ya no tengo familia en la isla, o al menos no reconozco sobrinos. Pero eso no significa que no he vuelto a Cuba. He ido cinco veces invitada por organismos y dos veces más por mi cuenta.
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¿Cuál es su apreciación del gobierno cubano?
–No vamos a caer en eso. Porque yo entro y salgo de Cuba con mi zipper aquí (señala la boca). Como me llevan invitada me dicen si quiero hablar con el comandante y yo digo que no, que yo he venido para ver a la familia, a ser jurado o a consultas médicas y nada más.
Pero en su libro sí trata sobre la historia política de su país.
–Sí, sobre el coronel Machado, pero que es un caso verídico al que le pongo Manchado.
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¿En su carrera como escritora pesa mucho la imagen de su marido?
–No tiene nada que ver. Cuando yo conocí a Ciro yo ya era Dora Varona. Yo ya había conseguido premios y becas.

Debe ser peculiar el matrimonio entre dos creadores.
–Sí, una parte tiende a aplastar a la otra siempre. Ciro era tan monumental que yo me hice nada. Yo le daba a leer un poema que acababa de escribir y resultaba que el pájaro atrapado en una jaula era yo y él quien me había puesto allí. Cada poema tenía una connotación que le hería. Entonces dejé de escribir diez años. Además, no tenía tiempo porque me daba un hijo cada dos años. Pero cuando murió, recopilé varios textos bajo el título El litoral cautivo.
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La relación entre Dora Varona y Ciro Alegría tuvo mucho que ver con la creatividad literaria y la capacidad expresiva.
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Algo más:
Dora Varona, además de ser viuda de Ciro Alegría, es abuela del escritor Glauconar Yue y nieta del filósofo cubano Enrique José Varona.
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Cifras & dato
- 41 años ha trabajado en la obra de Ciro Alegría.
- 27 libros de Ciro Alegría los ha trabajado después de su muerte.
- 3 de éstos quedan inéditos.
- Próximo libro será una biografía completa de Ciro Alegría


Obras de Ciro Alegria adptadas al Cine



"Los Perros Hambrientos" de Luis Figueroa, se basa en la novela de Ciro Alegría, perteneciente a las llamadas "Novelas de la Tierra", penetradas de un sentido de indisoluble unión genesíaca de los hombres y la naturaleza. La Tierra y los Hombres: este es el tema principal de la película. No hay protagonista individual. El héroe es el colectivo: una comunidad indígena.
El otro protagonista, no menos pletórico es la vida, es la tierra en la que trabaja la comunidad, entregando los frutos de su labor, casi por entero, al latifundista. Figueroa logra crear una imagen de la tierra rocosa, quemada por el sol, cubierta de escasa vegetación que nos hace sentir todo su dramatismo.
El estilo de la película pudiera definirse, quizás, con la expresión del Director Teatral Vladimir Nemiróvich: "severa naturalidad" , vemos extrema naturalidad, extrema severidad. Figueroa pinta un grado tal de miseria, hambre y sufrimiento en que toda piedad sentimental sería profanación

Obras


Con respecto a este autor, cabe señalar que, producto a la intensa actividad política y periodística que ocupó gran parte de su vida, el grueso de su producción escrita se encuentra en distintos periódicos de la época, y aún no hay un estudio sistematizado que la recoja. Por otra parte, una parte también significativa de la obra de Ciro Alegría ha sido publicada después de su muerte, gracias a la labor de recogida y selección de quien fuera su última mujer, la poetisa Dora Varona.

Imagen de : nalochiquian.blogspot.com
fuente : wikipedia

Contexto literario


Es, junto a José María Arguedas, el escritor más importante de la corriente indigenista en el Perú. En sus novelas narra la vida de los indígenas del Norte del Perú, diferentes a los indios menos mestizados del sur que reflejan las novelas de Arguedas.

La obra cumbre del escritor es El mundo es ancho y ajeno, novela de la cual Mario Vargas Llosa ha afirmado que constituye "el punto de partida de la literatura narrativa moderna peruana y su autor nuestro primer novelista clásico".[1]

Esta obra refleja las bases de un Perú moderno, mestizo, y rico en regiones, culturas y costumbres diversas. Sus personajes abandonan su comunidad andina (Rumi) obligados por el injusto expolio que de sus tierras realiza un cruel hacendado (Don Álvaro Amenábar) y se desplazan por todo el Perú, intentando ganarse la vida. La historia cuenta con dos personajes centrales o héroes: Rosendo Maqui, que representa al indio sabio, mayor y tradicional, y Benito Castro, el cholo joven que vuelve a su Comunidad cuando muere Rosendo con el fin de defender el derecho de sus gentes a vivir en sus tierras.

En general, todas las novelas de Alegría defienden la integración de todos los peruanos en la sociedad, y denuncian las miserias y la injusticia social sufrida por los más humildes, especialmente, por los indios. Sus obras poseen un tono épico, en donde destacan especialmente la naturaleza y las tradiciones culturales peruanas, conjuntamente con la lucha de sus gentes por su subsistencia. En ellas la narración se desarrolla hilvanando hábilmente las historias de varios personajes de la misma comunidad en torno a un núcleo central.

Su trabajo literario trascendió muy tempranamente las fronteras, puesto que escribió febrilmente desde el exilio en varios países, es casualmente que estando en Nueva York escribe el libro que epitomizaría su obra, Ciro Alegría recibe el Premio de la casa editorial estadounidense "Farrar & Reinhart de Nueva York" por su novela seminal: "El mundo es ancho y ajeno".

Sus inicios..



(1909-67) Novelista peruano, nacido en Marcabal Grande y fallecido en Lima. Ciro Alegría hizo sus estudios escolares en su misma región andina de nacimiento (donde tuvo como maestro a César Vallejo) y se comprometió temprano en la lucha política como miembro de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA). Su militancia en la APRA le valdrían dos estancias en prisión (en 1931 y en 1933) y su posterior exilio en Chile en 1934.

En ese periodo escribió la parte más significativa de su obra y ganó tres premios literarios con otras tantas novelas que lo consagraron como novelista. Así, Ciro Alegría publicó en 1935 La serpiente de oro, en la que relata la vida de los nativos a orillas del Marañón. En 1939 vio la luz su segunda novela Los perros hambrientos (1938), en la cual entra de lleno en el mundo de la alta sierra peruana y presenta la lucha del hombre contra la naturaleza hostil.

En 1941 Ciro Alegría obtuvo el Gran Premio de Novela Continental con El mundo es ancho y ajeno, también de tema indianista y, a no dudar, una de las mejores muestras del género: la aldea de Rumi (auténtica protagonista de la novela, cuya vida se describe maravillosamente) es objeto de la codicia del terrateniente blanco; destruida, sus habitantes se dispersan: unos mueren, otros son reducidos a esclavos o marchan a las grandes ciudades. El mundo es ancho y ajeno es así un gran cuadro épico de las luchas de una arquetípica comunidad indígena contra los tres poderes que quieren destruirla: la oligarquía terrateniente, el Ejército y el Gobierno al servicio de los intereses estadounidenses. El uso de las técnicas narrativas modernas y el aliento heroico de la composición le permiten presentar un relato río que arrastra materiales heterogéneos para crear un mosaico tan variado y dramático como la vida indígena misma.
fuente
n 1948 volvió a su país después de permanecer en los Estados Unidos desde 1941. Se dedicó al periodismo y fue elegido diputado tras haber renunciado al Partido Aprista. En esta época publicó un libro de cuentos: Duelo de caballeros (1963).

Vivió durante varios años en Estados Unidos, Puerto Rico y Cuba; y regresó en 1957 al Perú.

Después de su novela premiada, "El mundo es ancho y ajeno" (1941), no tuvo una gran producción, salvo algunos cuentos y relatos.

Fue miembro de la Academia peruana de la lengua en 1960 , y posteriormente Presidente de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas.

Falleció en Lima en 1967.

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